Perspectiva Pedagógica

A partir del análisis de la sistematización del proyecto Raíces; la pedagogía de la conexión emerge como una propuesta eco-pedagógica. (Gadotti. 2002). La eco-pedagogía según los aportes de Gadotti, “se centra en la relación de los sujetos que aprenden juntos ‘en comunión’, es sobre todo una pedagogía ética”. (p. 70) En esa medida, plantea la categoría de ciudadanía planetaria y propone a la Tierra (Boff, 1995), como paradigma; allí se encuentran muchos puntos de contacto con el pensamiento ancestral de los pueblos andinos, puesto que el pensamiento ancestral supone la vida como un tejido de relaciones entre especies y entre las diferentes manifestaciones de la vida que hacen posible la vida misma en este planeta.

En este sentido, esta propuesta eco-pedagógica concibe la educación como la oportunidad que tenemos de transformar todo aquello que nos disminuye, tomando conciencia de las violencias de las que hemos sido blanco como pueblo. Esa transformación, que es un proceso colectivo, nace primero en lo profundo de cada uno de nosotros/nosotras; es decir, que es tanto política, como ética ─comprendiendo la ética como la relación con lo otro, lo diferente y también lo común que existe en la relación con el otro (Levinas) ─; lo que supone a su vez, que dicha transformación se da a partir de la conciencia de la conexión con la vida.

Así pues, la pedagogía de la conexión emerge como una forma de pedagogía decolonial, que plantea una relación amorosa (la cual, desde el pensamiento ancestral se refiere a una relación de unidad, de paridad, de complemento) y de respeto infinito por lo que es el otro, por sus visiones de mundo y sus saberes; en una correspondencia no jerarquizada, donde como en un círculo no hay cabeza ni cola, ni primero ni último. Todos vamos tejiendo el conocimiento con nuestras potencias y dones que terminan siendo alquimias si logramos sincronizarnos.